La miel y sus propiedades (3)
AFECCIONES DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS SUPERIORES
El uso de inhalaciones a partir de miel se remonta a una época muy antigua.
Ioirish (1985) relata las curaciones de 20 pacientes afectados de atrofia evolutiva de las vías respiratorias superiores. El autor utiliza un inhalador pulverizador, adoptado para pulverizar soluciones acuosas, usado con una solución de 10% de miel, durante 5 minutos. De los 20 enfermos tratados, solo dos no mejoraron. Haciendo uso de las inhalaciones, la miel actúa sobre las mucosas de la nariz, laringe y sobre los alvéolos pulmonares. De este modo, la miel ejerce un efecto bactericida local y fortificante general del organismo.
Por otra parte, este mismo autor cita diversas propiedades de la miel en el tratamiento de rinitis aguda y crónica, faringitis, bronquitis y otras enfermedades respiratorias.
La miel también ha mostrado grandes propiedades béquicas, utilizándose como antitusígena en infinidad de jarabes. Heinerman (1988) recomienda su uso en caso de afonías, ronqueras, laringitis y ataques de tos.
AFECCIONES PULMONARES
La utilización de la miel de abejas para curar afecciones pulmonares es un método conocido desde antaño. Hipócrates indicaba que una bebida a base de miel es un buen expectorante y calmante de la tos. Avicena recomendaba que al aparecer los primeros síntomas de tuberculosis se tomase una mezcla de miel con pétalos de rosa.
La miel mezclada con avellana constituye también un buen remedio para la tos crónica y favorece la expectoración. En los casos de tuberculosis está recomendado tomar miel disuelta con leche o miel mezclada con grasa animal.
En el siglo pasado, las personas que padecían las hemorragias pulmonares tomaban miel pura o mezclada con jugo de zanahoria y nabo. No obstante todo lo relatado, la verdad es que no han de atribuir propiedades curativas específicas para la tuberculosis por parte de la miel. Únicamente se puede afirmar que siendo un tonificante contribuye al hecho de que el organismo aumente la resistencia a las infecciones.
Ioirish (1985) relata el caso de unos pacientes afectados de tuberculosis que tomaban 100-150 g de miel por día, observando que mejoraban su estado general, se producía un aumento de peso, una disminución de los abscesos de tos, un incremento de la cantidad de hemoglobina y una disminución de la velocidad de sedimentación de eritrocitos. Con tres pacientes afectados de absceso pulmonar, después de la ingesta de miel se observó una mejora del apetito, un aumento de peso, una disminución de la expectoración, una regulación de la diuresis y una mejora del aparato digestivo, con regulación del estreñimiento.
AFECCIONES CARDÍACAS
El músculo cardíaco o miocardio trabaja constantemente y en consecuencia tiene necesidad de un suministro continuo de energía en forma de glucosa. La miel contiene gran cantidad de glucosa fácilmente asimilable y produce un efecto muy favorable sobre el miocardio.
En todos aquellos casos en que la cura depende de la capacidad de trabajo de corazón, está indicada la miel con la finalidad de excitar su actividad y nutrir sus células.
También existen razones para suponer que la glucosa contribuye a la flebectasia (dilatación de las venas) y por eso mejora la circulación de la sangre del sistema coronario.
Según Ioirish (1985), el consumo prolongado, durante 1-2 meses, de 50-140 g de miel por día, en pacientes afectados con trastornos cardíacos, conduce al mejoramiento del estado general, a la normalización de la composición de la sangre, a la elevación de la cantidad de hemoglobina y del tono cardiovascular.
Miel con canela:
El hábito de consumir regularmente en el desayuno, en lugar de mermeladas o mantequilla, una pasta hecha con miel y canela; reduce el colesterol en las arterias y previene ataques al corazón. También previene nuevos ataque en personas que ya lo tuvieron. El uso regular de esta pasta mitiga la pérdida del aliento y fortalece los latidos del corazón. En Estados Unidos y Canadá, donde se utiliza esta pasta continuamente en Casas de Retiro, se ha descubierto que la miel con canela revitaliza las arterias y venas de los pacientes ancianos y las limpia.
Referencia Bibliográfica: Revista "Weekly World New" de Canadá, en su edición del 17 de Enero de 1995
AFECCIONES DEL TRACTO GASTROINTESTINAL
Muchos trabajos experimentales señalaban que la miel favorece el proceso de asimilación a nivel del intestino y sobre todo eficaz en casos de estreñimiento. La miel progresa a través del tracto gastrointestinal y tiene influencia sobre los movimientos peristálticos. Si se da a un grupo de pacientes una papilla de bario mezclada con miel, se retiene en el estómago de 1 a 2 horas más, en comparación con la papilla sola. La miel también tiene incidencia sobre la secreción de jugo gástrico.
Se ha demostrado que la miel de tilo disminuye la secreción de jugo gástrico.
Numerosos autores, basándose en observaciones clínicas, han llegado a la conclusión de que la miel de abejas, sola o mezclada con los principales alimentos, disminuye la acidez gástrica. Por lo tanto, se puede utilizar como medicamento y alimento dietético en casos de afecciones gastrointestinales acompañadas de hiperclorhidria, gastritis y úlceras.
Ioirish (1985) relata las experiencias del Hospital de Irkutsk en la ex URSS donde fueron tratados 600 enfermos de úlcera gástrica. En 302 casos la enfermedad cursó de forma normal: 76 pacientes sufrían hiperclorhidria, 67 tenían una acidez normal, 54 presentaban hipoclorhidria y 24 se quejaban de aclorhidria.
El tratamiento clásico, dieta y medicamentos, Ilevó a la convalecencia del 61% de los enfermos y persistieron los dolores en el 18%. En cambio con el tratamiento con miel se proporcionó la cura del 79,7 al 84,2% de los enfermos y cuando terminaron el tratamiento sólo el 5,9% presentaba dolores. Los exámenes radiólogos mostraron que las úlceras habían desaparecido en el 29% de los enfermos sometidos al tratamiento clásico y en el 59,2% de los que fueron tratados con miel. El tiempo de hospitalización de los enfermos tratados por el último método fue por término medio más corto.
Además se observó que la miel actuó como tónico general del organismo y se observó un aumento de peso, mejorando la composición de la sangre, normalizando la acidez del jugo gástrico y una disminución de la irritabilidad del sistema nervioso. Se ha demostrado que la miel de tilo disminuye la secreción de jugo gástrico.
El mismo autor citado anteriormente recoge las experiencias del Hospital Ostroúmov de Moscú sobre 155 pacientes y llega a conclusiones semejantes: la miel normaliza la acidez y la secreción del jugo gástrico, suprime la pirosis, la eructación y los dolores. En el caso de úlceras gástricas, la miel ejerce un doble efecto. Por un lado tiene una acción local que favorece la cicatrización de la úlcera de la mucosa gástrica semejante a la que ejerce sobre las heridas y ulcerciones externas. Por otro lado, tiene una acción fortificante de todo el organismo, sobre todo del sistema nervioso.
Este último efecto es de gran importancia, ya que hay una influencia marcada de la disfunción de los receptores del estómago con la aparición de este tipo de dolencias.
Como terapéutica se recomienda tomar miel como un medicamento 1,5 - 2 horas antes de desayunar y 3 horas después de cenar. Un efecto excelente se consigue al tomar miel diluida en agua tibia. El consumo de esta solución contribuye a la dilución de la mucosa de las paredes gástricas y a la rápida absorción de los azúcares sin irritar el intestino.
Además provoca una disminución de la acidez gástrica.
Contrariamente, una solución fría de miel, aumenta la acidez y disminuye el peristaltismo. El consumo de miel inmediatamente antes de comer también estimula la secreción de jugo gástrico. La miel también tiene propiedades terapéuticas eficaces en ciertos problemas de asimilación o de insuficiencia digestiva. Por sus propiedades antisépticas, su acción sobre la flora intestinal es destacable, especialmente en lactantes. En los problemas de estreñimiento una cucharada sopera de miel acompañada de fruta es lo más aconsejable como remedio natural. Heinerman (1988) considera la miel como antidiarreica y la recomienda en caso de diarreas y disentería, aprovechando su poder antibiótico.
También Chezeries (1982) destaca estas acciones de la miel sobre el estómago y el aparato digestivo en general.
El uso de inhalaciones a partir de miel se remonta a una época muy antigua.
Ioirish (1985) relata las curaciones de 20 pacientes afectados de atrofia evolutiva de las vías respiratorias superiores. El autor utiliza un inhalador pulverizador, adoptado para pulverizar soluciones acuosas, usado con una solución de 10% de miel, durante 5 minutos. De los 20 enfermos tratados, solo dos no mejoraron. Haciendo uso de las inhalaciones, la miel actúa sobre las mucosas de la nariz, laringe y sobre los alvéolos pulmonares. De este modo, la miel ejerce un efecto bactericida local y fortificante general del organismo.
Por otra parte, este mismo autor cita diversas propiedades de la miel en el tratamiento de rinitis aguda y crónica, faringitis, bronquitis y otras enfermedades respiratorias.
La miel también ha mostrado grandes propiedades béquicas, utilizándose como antitusígena en infinidad de jarabes. Heinerman (1988) recomienda su uso en caso de afonías, ronqueras, laringitis y ataques de tos.
AFECCIONES PULMONARES
La utilización de la miel de abejas para curar afecciones pulmonares es un método conocido desde antaño. Hipócrates indicaba que una bebida a base de miel es un buen expectorante y calmante de la tos. Avicena recomendaba que al aparecer los primeros síntomas de tuberculosis se tomase una mezcla de miel con pétalos de rosa.
La miel mezclada con avellana constituye también un buen remedio para la tos crónica y favorece la expectoración. En los casos de tuberculosis está recomendado tomar miel disuelta con leche o miel mezclada con grasa animal.
En el siglo pasado, las personas que padecían las hemorragias pulmonares tomaban miel pura o mezclada con jugo de zanahoria y nabo. No obstante todo lo relatado, la verdad es que no han de atribuir propiedades curativas específicas para la tuberculosis por parte de la miel. Únicamente se puede afirmar que siendo un tonificante contribuye al hecho de que el organismo aumente la resistencia a las infecciones.
Ioirish (1985) relata el caso de unos pacientes afectados de tuberculosis que tomaban 100-150 g de miel por día, observando que mejoraban su estado general, se producía un aumento de peso, una disminución de los abscesos de tos, un incremento de la cantidad de hemoglobina y una disminución de la velocidad de sedimentación de eritrocitos. Con tres pacientes afectados de absceso pulmonar, después de la ingesta de miel se observó una mejora del apetito, un aumento de peso, una disminución de la expectoración, una regulación de la diuresis y una mejora del aparato digestivo, con regulación del estreñimiento.
AFECCIONES CARDÍACAS
El músculo cardíaco o miocardio trabaja constantemente y en consecuencia tiene necesidad de un suministro continuo de energía en forma de glucosa. La miel contiene gran cantidad de glucosa fácilmente asimilable y produce un efecto muy favorable sobre el miocardio.
En todos aquellos casos en que la cura depende de la capacidad de trabajo de corazón, está indicada la miel con la finalidad de excitar su actividad y nutrir sus células.
También existen razones para suponer que la glucosa contribuye a la flebectasia (dilatación de las venas) y por eso mejora la circulación de la sangre del sistema coronario.
Según Ioirish (1985), el consumo prolongado, durante 1-2 meses, de 50-140 g de miel por día, en pacientes afectados con trastornos cardíacos, conduce al mejoramiento del estado general, a la normalización de la composición de la sangre, a la elevación de la cantidad de hemoglobina y del tono cardiovascular.
Miel con canela:
El hábito de consumir regularmente en el desayuno, en lugar de mermeladas o mantequilla, una pasta hecha con miel y canela; reduce el colesterol en las arterias y previene ataques al corazón. También previene nuevos ataque en personas que ya lo tuvieron. El uso regular de esta pasta mitiga la pérdida del aliento y fortalece los latidos del corazón. En Estados Unidos y Canadá, donde se utiliza esta pasta continuamente en Casas de Retiro, se ha descubierto que la miel con canela revitaliza las arterias y venas de los pacientes ancianos y las limpia.
Referencia Bibliográfica: Revista "Weekly World New" de Canadá, en su edición del 17 de Enero de 1995
AFECCIONES DEL TRACTO GASTROINTESTINAL
Muchos trabajos experimentales señalaban que la miel favorece el proceso de asimilación a nivel del intestino y sobre todo eficaz en casos de estreñimiento. La miel progresa a través del tracto gastrointestinal y tiene influencia sobre los movimientos peristálticos. Si se da a un grupo de pacientes una papilla de bario mezclada con miel, se retiene en el estómago de 1 a 2 horas más, en comparación con la papilla sola. La miel también tiene incidencia sobre la secreción de jugo gástrico.
Se ha demostrado que la miel de tilo disminuye la secreción de jugo gástrico.
Numerosos autores, basándose en observaciones clínicas, han llegado a la conclusión de que la miel de abejas, sola o mezclada con los principales alimentos, disminuye la acidez gástrica. Por lo tanto, se puede utilizar como medicamento y alimento dietético en casos de afecciones gastrointestinales acompañadas de hiperclorhidria, gastritis y úlceras.
Ioirish (1985) relata las experiencias del Hospital de Irkutsk en la ex URSS donde fueron tratados 600 enfermos de úlcera gástrica. En 302 casos la enfermedad cursó de forma normal: 76 pacientes sufrían hiperclorhidria, 67 tenían una acidez normal, 54 presentaban hipoclorhidria y 24 se quejaban de aclorhidria.
El tratamiento clásico, dieta y medicamentos, Ilevó a la convalecencia del 61% de los enfermos y persistieron los dolores en el 18%. En cambio con el tratamiento con miel se proporcionó la cura del 79,7 al 84,2% de los enfermos y cuando terminaron el tratamiento sólo el 5,9% presentaba dolores. Los exámenes radiólogos mostraron que las úlceras habían desaparecido en el 29% de los enfermos sometidos al tratamiento clásico y en el 59,2% de los que fueron tratados con miel. El tiempo de hospitalización de los enfermos tratados por el último método fue por término medio más corto.
Además se observó que la miel actuó como tónico general del organismo y se observó un aumento de peso, mejorando la composición de la sangre, normalizando la acidez del jugo gástrico y una disminución de la irritabilidad del sistema nervioso. Se ha demostrado que la miel de tilo disminuye la secreción de jugo gástrico.
El mismo autor citado anteriormente recoge las experiencias del Hospital Ostroúmov de Moscú sobre 155 pacientes y llega a conclusiones semejantes: la miel normaliza la acidez y la secreción del jugo gástrico, suprime la pirosis, la eructación y los dolores. En el caso de úlceras gástricas, la miel ejerce un doble efecto. Por un lado tiene una acción local que favorece la cicatrización de la úlcera de la mucosa gástrica semejante a la que ejerce sobre las heridas y ulcerciones externas. Por otro lado, tiene una acción fortificante de todo el organismo, sobre todo del sistema nervioso.
Este último efecto es de gran importancia, ya que hay una influencia marcada de la disfunción de los receptores del estómago con la aparición de este tipo de dolencias.
Como terapéutica se recomienda tomar miel como un medicamento 1,5 - 2 horas antes de desayunar y 3 horas después de cenar. Un efecto excelente se consigue al tomar miel diluida en agua tibia. El consumo de esta solución contribuye a la dilución de la mucosa de las paredes gástricas y a la rápida absorción de los azúcares sin irritar el intestino.
Además provoca una disminución de la acidez gástrica.
Contrariamente, una solución fría de miel, aumenta la acidez y disminuye el peristaltismo. El consumo de miel inmediatamente antes de comer también estimula la secreción de jugo gástrico. La miel también tiene propiedades terapéuticas eficaces en ciertos problemas de asimilación o de insuficiencia digestiva. Por sus propiedades antisépticas, su acción sobre la flora intestinal es destacable, especialmente en lactantes. En los problemas de estreñimiento una cucharada sopera de miel acompañada de fruta es lo más aconsejable como remedio natural. Heinerman (1988) considera la miel como antidiarreica y la recomienda en caso de diarreas y disentería, aprovechando su poder antibiótico.
También Chezeries (1982) destaca estas acciones de la miel sobre el estómago y el aparato digestivo en general.
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